Y tras abrir la despensa de mi mente, me voy
nutriendo de ti; con gula, con deseo, con hambruna, con pasión. Picoteo de las
migas de pan tierno de tus orejas. Me endulzo con la roja fresa de tu boca.
Tomo de la bebida azucarada de tu cuello. Mordisqueo las costillas muy hechas
de tu cuerpo. Rebaño la tarrina de helado de tu ombligo. Respiro. Y paro para
hacer la digestión, pero todavía no estoy llena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario