Cuando llegue la primavera
dejaré que me ames.
No es que en invierno no te quiera,
es porque la flor aún no está abierta.
Y sería un amor hipócrita,
un romance egoísta,
como las rosas que se quieren oler todo el
año,
pero en un invernadero se cultivan.
Cuando llegue la primavera
dejaré que me ames…
¡Espérame a abril!
Y búscame en el valle donde florecen salvajes
las amapolas…
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